El Pimiento del Piquillo de Lodosa, acogido a Denominación de Origen desde el año 1987 pero cuyo origen se remonta al siglo XV, y la Sal de Manantial de Salinas de Oro, de la que se tienen vestigios documentos desde el año 1492, van a celebrar este fin de semana un hermanamiento en el que se reconocerá y pondrá en valor la calidad de ambos productos.
Será en el marco de las Jornadas Gastronómicas de la Sal que se celebran el domingo en Salinas de Oro de la mano de la asociación 'Tierras de Iranzu', el Ayuntamiento de la localidad y la colaboración del Departamento de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales del Gobierno de Navarra y Reyno Gourmet, entre otros.
El programa festivo comenzará a las 10:00 de la mañana con la apertura de la Feria de Artesanía y la celebración del Acto de Hermanamiento entre el Pimiento del Piquillo de Lodosa y la Sal de Manantial. A continuación tendrá lugar una cata de aceites de almazaras navarras con distintas sales de Salinas de Oro y una degustación Pimiento del Piquillo de Lodosa.
Pero además la jornada contará con un taller de galletas saladas destinado al público infantil, una exposición de vacas pirenaicas, yeguas burguete y cabras pirenaicas, animación teatral, baños de agua salda y pediluvio, visitas guiadas a la salinas, y muchos más actos que se celebrarán a lo largo de todo el día.
La madrina de la Sal 2018 y la encargada, por tanto, de inaugurar los actos festivos será la cocinera Angelita Alfaro que procederá a la lectura del pregón y a la presentación de la nueva cosecha de flor de sal de manantial y sal de oro. A las 11:30 tendrá lugar un show cooking en el que la sal de nuevo será la gran protagonista y que correrá a cargo de Enrikito, del Restaurante Hotel Los Tres Reyes; Iñaki Andradas, del Restaurante Baserriberri; Silbia Redondo, de La Cocina de Silbi; Helena Bonhome, de El Capricho de Elena; y Victor Napal de Pastelería La Ángela.
Salinas de Oro cuenta con una de las pocas salineras de manantial natural que se mantienen en activo en España. Su gran singularidad radica en que es una salinera explotada desde el tiempo de los romanos, sin que haya sido nunca abandonada, como así ocurrió con el resto de las salineras de manantial natural de la península Ibérica. A finales de 2016 Salinas de Oro entró a formar parte de un gran proyecto europeo “La Ruta de la Sal Tradicional del Atlántico", que reconocía estas sales como ecológicas y biosaludables, por la gran cantidad de minerales beneficiosos para la salud que contiene. A través de estas jornadas se pretende mostrar la importancia económica y gastronómica de estas salinas como motor de desarrollo local.