El origen del Piquillo de Lodosa
En el suroeste de Navarra, se cultiva el Pimiento del Piquillo de Lodosa, ecotipo de la variedad Piquillo y autóctono de Navarra, que en el término geográfico que lleva su nombre, Lodosay en los municipios colindantes (Andosilla, Azagra, Cárcar, Lerín, Mendavia, San Adrián y Sartaguda), alcanza su máxima calidad gustativa.
El pimiento certificado por la Denominación de Origen Pimiento del Piquillo de Lodosa, ampara la conserva de frutos enteros de las categorías Extra y Primera de la variedad “piquillo”, cultivados y elaborados exclusivamente en los ocho municipios amparados por el Reglamento.
Se reconoce por su color rojo vivo, su pequeño tamaño (8-10 cm. de largo), su forma plana-triangular con una característica punta ligeramente curva. El peso medio del fruto es de 35-50 gr. y su carne es fina y compacta.
La plantación se realiza a finales de mayo y la recolección se efectúa de forma manual entre septiembre y noviembre.
Una vez en fábrica, los frutos se lavan para eliminar las impurezas que llegan del campo y el proceso continúa con el asado por llama directa, para pasar al descorazonado, pelado y eliminación de semillas.
Esta fase se caracteriza por la meticulosidad con la que debe realizarse, ya que limpian uno a uno los frutos sin sumergirlos en agua ni en soluciones químicas.
Su gran calidad y su especialísimo sabor le distingue de otros pimientos y goza del reconocimiento internacional figurando en el Registro Europeo de Denominaciones de Origen de Productos Agrícolas. Considerado el oro rojo de Navarra, en los últimos años se ha convertido en una de las conservas cumbre de la industria agroalimentaria.